Desarrollo motor del bebé (0–24 meses): características de cada etapa y consejos

El desarrollo motor describe cómo tu bebé va ganando control y coordinación de su cuerpo entre los 0 y los 24 meses. Es un proceso que vas a ir disfrutando mucho cada vez que tu pequeño consigue un logro nuevo en cada estapa (control de cabeza, volteos, sedestación, gateo y primeros pasos).

Los tiempos de mejora suelen variar ya que cada bebé es distinto y tiene diferentes ritmos de aprendizaje. Para que tengas idea sobre el desarrollo motor del bebé hemos diseñado una guía clara por etapas para saber qué es esperable y cómo acompañarle sin prisas.

Etapas del desarrollo motor del bebé (0-24 meses)

0–3 meses: despertar del cuerpo

Qué suele ocurrir: Levanta la cabeza unos segundos en tummy time y la gira hacia voces o luces. Abre más las manos, se las mira y se las lleva a la boca; sigue objetos de alto contraste a corta distancia. Comienza a alinear cabeza–tronco cuando está boca arriba y alterna estados de calma/alerta.

Consejo práctico: 3–5 mini sesiones diarias de tummy time (1–3 min al inicio), siempre supervisadas, en superficie firme.

4–6 meses: volteos y manos curiosas

Qué suele ocurrir: Controla mejor la cabeza en vertical y rueda de boca abajo a boca arriba (y pronto al revés). Se apoya primero en antebrazos y luego en palmas; pasa objetos de una mano a otra y explora texturas. Descubre y agarra sus pies, fortaleciendo abdomen y caderas.

Consejo práctico: ofrece juguetes ligeros y de distintas texturas a derecha/izquierda y a diferentes alturas para invitar al giro y al alcance.

7–9 meses: sentarse para explorar

Qué suele ocurrir: Logra sedestación estable y practica entrar/salir de la postura con más control. Se arrastra o gatea (con variaciones válidas) y comienza a usar una pinza más precisa para piezas pequeñas. Repite acciones de causa–efecto: golpear, dejar caer y recoger.

Consejo práctico: para el gateo te recomendamos una alfombra de juego. También puedes crear un “circuito” seguro en el suelo con cojines firmes, túnel blando y obstáculos bajos; mejor evitar dispositivos que limiten la libertad de movimiento.

10–12 meses: ponerse de pie y desplazarse con apoyos

Qué suele ocurrir: Se incorpora tirando del mueble y mantiene bipedestación con base amplia. Practica cruising (caminar lateral agarrado), prueba a soltar una mano y se agacha/levanta con apoyo. Suelta objetos con intención en un recipiente y apila 2–3 bloques.

Consejo práctico: organiza “islas” estables (sofá, mesa robusta, banco seguro) a distintas distancias para que practique agarrar–soltar–agarrar. Para que de sus primeros pasos con seguridad te recomentamos un andador Montessori.

12–18 meses: primeros pasos y mucha energía

Qué suele ocurrir: Da sus primeros pasos independientes (a veces con brazos en alto) y aumenta distancias poco a poco. Empuja/arrastra juguetes con ruedas, explora giros y marcha atrás breve, y lanza pelotas con ambas manos. Intenta subir un escalón con ayuda y baja sentado.

Consejo práctico: sal al exterior; alterna superficies (césped, goma, tierra). Cambiar el terreno afina equilibrio y propiocepción.

18–24 meses: coordinar, correr, chutar

Qué suele ocurrir: Corre con menos tambaleo y empieza a frenar con control; chuta una pelota sin apoyo de la mano. Sube escaleras con ayuda poniendo ambos pies en cada peldaño, gira pomos y pasa páginas de una en una. Construye torres de 5–6 cubos, se agacha y se levanta sin apoyo; ensaya saltos a dos pies. También algunos peques empiezan a usar bicileta sin pedales o de equilibrio.

Consejo práctico: propone micro-retos: “lleva la pelota a la cesta”, “haz una torre de 5 cubos”, “sube y baja del escalón con mi mano”.

Señales para consultar con tu pediatra

Aunque no hay que tomar estas señales como una afirmación de un problema, está bien consultar con el pediatra si:

• A los 9 meses no se sostiene sentado.

• A los 12 meses no puede incorporarse agarrado.

• A los 18 meses no camina.

• Cualquier regresión (pérdida de habilidades) o tono muy rígido/flácido.Ante la duda, consulta con tu equipo sanitario.

  
  

Materiales que suman (sin sobreestimular)

• Suelo y alfombra firme antes que dispositivos restrictivos.

• Juguetes simples: pelotas blandas, bloques, libros de cartón, aros apilables.

• Muebles robustos para hacer “islas” de apoyo.

• Rutinas cortas y frecuentes mejor que sesiones largas.

Cada logro, por pequeño que parezca, es una conversación del cuerpo de tu bebé con el mundo: levantar la cabeza, rodar, sentarse, avanzar y, por fin, caminar. Tu mejor papel es ofrecer suelo, tiempo y una mirada atenta, sin prisas ni comparaciones, celebrando el proceso más que la meta. Confía en su ritmo, propón juego sencillo y crea un entorno seguro para explorar. Y si alguna señal te inquieta, consulta con tu pediatra. De todas formas, aquí estaremos para acompañarte en casda etapa, con ideas prácticas y mucho ánimo.

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